Una paleta de colores neutros, iluminación indirecta y luz cálida se unen para crear una atmósfera acogedora que transmite la esencia de hogar. En este proyecto, la cocina no es solo un espacio para cocinar, es el punto de encuentro, el corazón donde la vida sucede.





La luz cálida e indirecta como recurso de diseño interior: crea atmósferas acogedoras, resalta texturas y aporta profundidad sin deslumbrar. En este espacio, la iluminación no solo acompaña, sino que protagoniza los detalles, guiando la experiencia entre lo evidente y lo sutil.









